Fotografía: Maru Herrera, 2012.
Por Maru Herrera
Conocido como El Ángel de la Independencia, resulta que no es un ángel, sino Nike, la diosa griega de la victoria, pero como tiene alas, está en el cielo y cubierta de oro, así la llamamos los habitantes de la ciudad de México… "El Angelito" a veces.
Instalada arriba de una gran columna en el Paseo de la Reforma, ha pasado a ser uno de los emblemas de la capital del país, imponiéndose al Ixtacihuatl y Popocatepet, hacia la mitad del siglo pasado cuando la contaminación y el paisaje urbano los ocultaron, dejando a la ciudad y sus habitantes sin su imponente compañía antes perenne.
Así el Ángel fue lentamente ganando sitio en el imaginario colectivo hasta convertirse en el ángel de la guarda de los que habitamos la capital de la república, dándonos identidad e insignia. Posiblemente por ello el Gobierno del D.F. ha tomado la alada y esbelta figura como su emblema, y su logotipo campea en sus haberes materiales y comunicaciones oficiales, rivalizando en número con los casi nueve millones de “angelitos de la guarda” que custodian las espaldas capitalinas.
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Esta iconografía multiplicada es justo reflejo del sentir chilango en tanto, en un generalizado y poco orquestado acuerdo común, los capitalinos hemos convertido el recinto circular del aposento del Ángel de la Independencia, en el lugar de congregación, de expresión, de fiesta y protesta.
Foto: Maru Herrera
El monumento de la Independencia, situado en el cruce de Paseo de la Reforma y Florencia-Río Tiber, se deja ver a lo lejos, por encima de todas los monumentos que erigió Porfirio Díaz con la “Intensión de convertir el Paseo de la Reforma en un eje artístico monumental que incluyera la materialización de los que se consideraban los principales sucesos históricos” del país. (Zárate, 2003: 426).Diseñado por el arquitecto-ingeniero Antonio Rivas Mercado, él mismo se hizo cargo de su construcción a lo largo de 10 años con un costo de dos millones de pesos, muy elevado en su época. El conjunto monumental tiene una altura cercana a los 40 metros y está integrado por una columna apoyada en un basamento circular escalonado, en cuya cúspide reposa la escultura dorada de una mujer alada, alegoría clásica de la Victoria, quien porta una corona de laurel en una mano y una cadena rota en la otra (Martínez Assad, 2005: p 91-93).
Foto: Maru Herrera, 2012
En la base del monumento se colocaron un conjunto escultórico precedido por Hidalgo, dos mujeres lo acompañan, una, la Patria, le ofrece un ramo de laurel y la otra, la Historia, escribe sobre un libro. Circundando la columna están las estatuas de Vicente Guerrero, José María Morelos, Francisco Javier Mina y Nicolás Bravo y sentadas en pilastras salientes, descansan las alegorías de la Guerra, la Justicia, la Ley y la Paz. Esculpidas por el italiano Enrique Alciati, éstas últimas cuatro estatuas están hechas en bronce, mientras que las demás, en mármol de Carrara. También de bronce por abajo de Hidalgo, un gran león es conducido por un niño “que simboliza la poderosa voluntad del pueblo” (Martínez Assad, 2005: p 71).
Inauguración del Monumento a la Independencia por Porfirio Díaz
en las fiestas de Centenarioel 16 de Septiembre de 1910.
(Casasola,SINAFO-INAH)
Inaugurada dentro de los festejos de celebración del Centenario de la Independencia en 1910, en una solemne ceremonia en la que se convocó a las altas personalidades del régimen y de la sociedad, las cuales asistieron el 16 de septiembre engalanadas y satisfechas.
El Ángel, centenario ya, ha sido el recinto preferido por el gobierno, la ciudadanía y las legaciones internacionales, para rendir homenaje al país.
Guillermo de Landa y Escandón 30 de Septiembre de 1910. (Casasola,SINAFO-INAH)
La Independencia es “uno de los pilares constitutivos de la ritualidad patria” (Martínez Assad, 2005: p 13). Miguel Hidalgo considerado así mismo, como El Padre de la Patria es el personaje heroico más representado en la estatuaria nacional y “su figura se hizo indisociable del Monumento a la Independencia” (Idem: 53). Hacer una monumento al Independencia había sido un antiguo proyecto de Antonio López de Santa Anna, quien siendo presidente en 1843, ordenó su construcción en la Plaza de la Constitución de la ciudad de México, suspendida la obra solamente de ella quedó la base o “zócalo”, permaneciendo ahí durante muchos años, de dónde toma el nombre con el que se le conoce hasta la fecha a la plaza central de la capital de la República.
Martínez Assad, La Patria en el Paseo de la Reforma, pp 69.
El Ángel de Reforma, sufrió una fatal caída por un temblor ocurrido el 28 de julio 1957. La columna y el resto de las estatuas se mantuvieron en pie, pero el Ángel de siete toneladas con casi cuatro metros de alto, cayó y se quebró en varios pedazos, de los cuales se pudieron rescatar la mayor parte, no así la cabeza y un brazo que fueron esculpidos nuevamente por José María Fernández Urbina para recuperar esa insignia cuya ausencia pesaba en él ánimo capitalino. Así el 16 de septiembre de 1958, el presidente de la República, Adolfo Ruiz Cortines, hizo su segunda inauguración en solemne ceremonia.
Foto: Maru Herrera, 2012.
Actualmente la cabeza anterior está colocada en la entrada al Archivo Histórico de la ciudad de México, la casona de los condes de Heras y Soto en el Centro Histórico, ahí reposa conservando su serena belleza e impactante dignidad. Ese rostro ahora a la vista en corto, ha movido a la curiosidad y especulación, Alciati no dio a conocer quien había sido su modelo, se dijo que alguna de las hijas de Antonio Rivas Mercado, pero el artista se llevó el secreto a la tumba. Sin embargo, en 1957, el tema cobro interés y surgió una nueva versión dada por Ernesta Robles, quien reveló, que su cara y sus piernas fueron los reproducidos en la estatua. Añadió, así mismo, que para entonces ella tenía 23 años, ser oriunda del Estado de México, trabajar como modista y haber recibido tres pesos diarios por tal modelaje. (Martínez Assad, 2005: p 141).
Foto: Maru Herrera, 2012.
Fotografía: Maru Herrera, 2012.
Foto: Maru Herrera, 2012.
Fotografía: Maru Herrera, 2012.
Fotografía: Maru Herrera, 2012.
Fotografía: Maru Herrera, 2012.
Bibliografía.
Martínez Assad, Carlos, La Patria en el Paseo de la Reforma. México, FCE–UNAM, 2005, 252 pp.
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